Anoche quedé con gente para ir a cenar y conocí a una chica de México D.F. Me pareció muy interesante todo lo que nos contó durante la cena. México D.F. es unas cuatro veces mayor que Madrid. Llevaba tiempo trabajando en su país, le ofrecieron un puesto aquí en Madrid, vino muy ilusionada y se ha encontrado con que las cosas son muy distintas a como eran en su entorno. Nos habló de la nostalgia que se siente en ocasiones, de lo que se echa de menos a la gente que más se quiere, de lo diferente que resulta ser a veces lo que uno se espera encontrar al llegar y lo que realmente se encuentra.
Le deseo mucha suerte en su estancia en Madrid.
2 comentarios:
Siempre se siente nostalgia de tu país cuando estás lejos, sea en las condiciones que sea. Yo de hecho no lo creía, pero lo cierto es que si transcurre el tiempo suficiente, te puedes sorprender escuchando a Juanito Valderrama en un bar asturiano de Bruselas.
A veces sufro de esa nostalgia, aunque me marché de mi ciudad cargado de hastío y estrés. Es la señal de que algo queda detrás, por encima de la necesidad vital de marcharte. Sea la idealización de una etapa más positiva o negativa, pero siempre es un trozo de nuestra vida.
Y quien no siente nostalgia de sus lugares pasados, nunca podrá valora realmente lo que vale echar raíces en un lugar. Ni valorar las emociones propias al mirar atrás.
Atrás dejé 30 años de mi vida. A veces pienso en mi ciudad aunque estaba has el gorro... pero al fin y al cabo, es mi pasado. Olvidar es morir.
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