Sí, ya es tarde para arrepentirse. Me he vuelto a apuntar al gimnasio. Mi última vez supuso dos semanas de gimnasio (tuve que dejarlo por mis múltiples achaques).
Después de dos meses de evitar incluso pasar por la puerta, he vuelto.
Misma cuota, mismo monitor, misma tabla, mismas agujetas,... Lo único que cambia es que está aún más petado el gimnasio que la última vez. Hay un montón de gente apuntada.
Creo que lo llaman "operación verano".
Bajé a apuntarme sin pensármelo dos veces. Si lo hubiera meditado no lo habría hecho. Al día siguiente fue cuando me planteé la pregunta: "Pero qué he hecho?" Vuelvo a ser esclava del gimnasio. Ya no tendré tardes libres. Cada tarde, a la misma hora, tendré que agarrar la mochila y pasar hora y media en el mismo sitio, levantando peso muerto. Empezaré a llamar al gimnasio "gym". Me descubriré mirándome en los espejos desde todas las perspectivas buscando resultados. Estaré pendiente de si la chicha empieza a estar prieta, si los biceps se empiezan a marcar, si estoy más fuerte que el día anterior, ... Y llegará el día en que si falto al "gym" me sentiré culpable.
Pero qué he hecho...
4 comentarios:
Nu se ha empeñado en que siga tu mismo triste destino. Dice que mañana me quiere ver en el gimnasio. En fin, cuando seamos capaces de doblar clavos con los biceps, supongo que lo apreciaremos.
A ver lo que duramos esta vez yendo al gimnasio...
Con menos de media hora al día para brazos y cintura hay más que de sobra. Eso hacía con 16 años, en casa, con unas pesas que tenía. Y eso que repetía los ejercicios todos los días, cosa que ahora sé que no está bien hecha.
Para piernas, con lo que deberíamos andar al día, listo.
Lo demás es hacerlo por amor al arte o por hacer vida social, que no digo que esté mal.
Mi monitor pretende que me ponga hecha un armario porque me ha puesto una tabla que en menos de hora y cuarto no se hace...
Por ahora no lo ha conseguido...
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