"Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo." Voltaire.
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"Cuando la vida te presente razones para llorar,
demuéstrale que tienes mil y una razones para reír."
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domingo, 7 de septiembre de 2008

Pulseras anti-mareo

Acostumbro, en los viajes largos en coche, a marearme. De siempre he tenido que tomar la famosa Biodramina para el mareo. Antes de irme al pueblo de vacaciones, encontré en una tienda unas pulseras anti-mareo.

Según decía la caja, se ponía una pulsera en cada muñeca, situando una media bolita que lleva sujeta en la cara interna en la cara interna del brazo presionando determinado punto. Con gran escepticismo me compré las pulseras. Por probar que no quede... Total, así evitaba tener que tomarme una pastilla. Y probé. Y funcionó. No sé si por sugestión o qué pero lo cierto es que llegué con el estómago en condiciones a mi destino.

El Sapo

Última semana de agosto. Fiestas en mi pueblo. Atracciones de feria. Y de entre todas ellas... el Sapo. Ha habido un antes y un después de aquella noche...

El Sapo es una atracción de feria en la que la gente, sentada de tres en tres en vagonetillas, se pasa cinco minutos dando vueltas, subiendo y bajando a modo de saltos. No sé si la dinámica del cacharro será igual en todas las ferias pero en mi pueblo se saltaba hacia adelante, luego había una parada y salto en el sitio y después se seguía saltando hacia atrás para luego volver a saltar hacia adelante. Pues eso. Casi cinco minutos de salto.




Visto desde el suelo, la atracción no parecía que fuera para tanto. La gente parecía incluso aburrida de tanto salto y sin poca emoción. "Nos subimos, no nos subimos", "A que no hay valor", "Yo no seré la que se raje" .... Compramos los tickets. Y nos los guardamos en los bolsillos. Realmente no había valor.

Nuevo pique y al final pensando (más bien pensando yo) que la cosa no era para tanto decidimos montarnos mi hermana, mi primo y yo.

Fue al verme subida en la vagonetilla, con el seguro echado, cuando me empecé a dar cuenta del error que había cometido. Pero ya era tarde para echarme atrás y además asomó un orgullo que me impidió rajarme en el último momento...

Pero cuando eso empezó a moverse... Y empezó a subir... Y empezó a bajar... Y mi estómago hizo el mismo movimiento... Yo empecé a gritar.

Al principio me sentí acompañada con algún grito más pero luego me quedé sola. Instintivamente me agarré con las dos manos a la barra como si me fuera la vida en ello, cerré los ojos y empecé a gritar al ritmo de los saltos del sapito.

Poco a poco y debido al giro, mi hermana que era la que más al interior iba, comenzó a desplazarse hacia mi lado. Aunque yo iba agarrada a dos manos a la barra, no pude evitar desplazarme hacia mi izquierda y al final los tres nos fuimos apretujando en el lado exterior.
Mi primo era el que más al borde iba, así que comenzamos a aplastarle. El pobre gritaba: "Duele, duele!!" pero poco se podía hacer para evitarlo. Lo malo de ir apretujados no era sólo el dolor de ir unos encima de otros sino que mis gritos se oían más cerca del oído cada vez...

El tiempo pasa lento, muy lento, cuando quieres que algo se acabe. Y yo gritaba y gritaba y la boca se me secó de llevarla abierta con el viento de cara. Y aquello seguía dando vueltas, y luego paró y empezaron los saltos en el sitio.

Aprovechando el parón del giro intentamos recolocarnos para dejar de aplastarnos. Como pude, y mientras seguía agarrada a dos manos a la barra y con los ojos cerrados, entre grito y grito intenté recuperar mi posición central en la vagonetilla. Y el giro comenzó de nuevo. Y con él las risas de los demás... Y con ellas mis gritos.

Mi hermana y mi primo me animaban a soltarme de la barra y llevar los brazos en alto como llevaban ellos... Y el resto de gente en la atracción... Casi les araño. Allí, hecha una bola y agarrada a la barra con los ojos cerrados suplicaba que aquello acabara pero aún quedaban las vueltas hacia atrás.

Y fue cuando me di cuenta de que me escurría por debajo de la barra. Intenté recolocarme pero allí no había quien permaneciera en su posición elegida. Así que me centré en agarrarme todo lo más fuerte que pudiera a la barra, seguir gritando con los ojos cerrados y suplicando en silencio que aquello se parara.

Y aquello paró. Pero yo sabía que aún quedaban los saltos en el sitio de nuevo y el giro hacia adelante. Y para entretenerme empecé a contar los saltos que daba, acompañándolos de un grito.
Lo menos conté quince...

Cuando la cosa dejó de dar vueltas y la barra nos dejó libres, salí echando pestes de aquella cosa infernal, mientras a duras penas intentaba caminar apoyándome en mis temblorosas piernas. Lo malo es que además de aguantar el viajecito tuve que aguantar las risas burlonas de mis acompañantes, ya en tierra.

Y no sólo eso. Una semana después aún tenía agujetas en los brazos de agarrarme a la barra, el dolor de trasero y caderas, y las agujetas en las piernas. Menos mal que la contractura de un lado de la espalda y el dolor en el otro lado desaparecieron a los cuatro días. El moratón del pie (al que aún no encuentro explicación) aún me acompaña.

Condenado sapo...

Grado en Psicología (UNED)

Hoy me acabo de enterar que el cambio a Grado en Psicología (el nuevo cambio de planes de estudio para equipararnos) en la UNED está programado para el curso 2009-2010. En ese curso se implantará en primero y cada año un nuevo curso se sumará al cambio.

Teniendo en cuenta que voy cogiendo de dos en dos asignaturas, me pilla seguro. Lo bueno es que ahora se reduce a cuatro años la carrera por tanto si sigo de dos en dos asignaturas... en unos quince años puedo tener el título. Es lo que tiene hacer las cosas por amor al arte...

Por primera vez en mi vida...

Allí he pasado la primera semana de agosto. Ha sido un viaje muy especial para mi por la cantidad de cosas que he hecho por primera vez en mi vida.

Mi primer vuelo en avión: Después de haber estudiado aeronáutica y de estar trabajando en el mundo aeronáutico, reconozco que nunca me había subido a un avión que hubiera despegado. En tierra he subido a varios, pero nunca había volado. Ha sido de lo más emocionante del viaje. Me tocó ventanilla y fui con la cara pegada al cristal durante todo el vuelo. Tan sólo separaba la cara para limpiarme las lagrimillas que se me iban escapando.

La primera vez que estaba en una isla: Como nunca había viajado en avión, no había tenido posibilidad alguna de ver alguna isla. Muy emocionante hacerlo desde un avión.

La primera vez que hacía snorkel: Lo de nadar no es lo mío. Reconozco que nado lo justito como para no ahogarme. De pequeña mis padres me apuntaron a todos los cursillos de natación que había pero no consiguieron que hiciera un largo sin llegar un corcho entre las manos para no hundirme. Lo de abrir los ojos bajo el agua, meter la cabeza bajo el agua sin taparme la nariz, bucear... Eso ya ni por asomo...

Así que el primer día que me puse las gafas, el tubo y las aletas tuve que acostumbrarme al nuevo medio. Al principio me dio un poco de impresión pero conseguí adaptarme y empezar a nadar con el equipo. Así pude ver pececillos, plantas, erizos de mar, un pulpo, ...

La primera vez que estoy en el agua sin hacer pie: Este verano ha sido el primer verano en el que me dedico a nadar por las zonas donde no hago pie. Como el agua me gusta poco, nunca me movía de aquellas zonas en las que hacía pie. Y claro, para hacer snorkel me he movido por zonas con más profundidad de la que estaba acostumbrada.

La primera vez que comía kebab: Y estaba bueno, la verdad.

La primera vez que participaba en una torre humana en el agua: Nunca me había subido a hombros de nadie para hacer una torre humana. Al principio me causó impresión estar tan alta y me costaba mucho subirme pero al final lo hacía como si me hubiera dedicado a eso toda la vida. Nos lo pasamos genial con las torres.

La primera vez que estaba en una playa semi-nudista: En Menorca no hay playas para nudistas y playas para textiles. En la misma playa puede haber nudistas y textiles. Yo siempre iba a playas textiles y me resultó chocante estar con nudistas. Aún fue un poco más brusco cuando mis amigos decidieron practicar nudismo. Al principio estaba muy cortada pero me acabé acostumbrando y al final no me chocaba en absoluto. De todas formas no me uní despojarme de mis vestimentas.

Mi primer baño de barro: Viene muy bien para la piel pero en qué hora se me ocurrió untarme de barro con el bikini puesto... Después del sexto lavado con detergente aún soltaba el agua marrón pero la piel se me quedó muy suave, eso sí.

Exámenes

Hoy he terminado. Al final me he presentado a dos asignaturas de las tres que tenía este año. He tenido examen ayer y hoy.

El examen de ayer me salió mejor que el de hoy y eso que me lo había preparado en cuatro días...
A punto estuve esta mañana de no presentarme al examen pero al final fui. Tenía aprobado el primer parcial y al menos tenía que intentarlo aunque no estoy muy contenta de haber ido llevándolo con alfileres.

Y hoy para celebrarlo me he quedado en casa tirada en el sofá, comiendo helado, jugando a los catanes online, viendo tele... Con lo de los exámenes no tenía tiempo para pensar en otra cosa que no fuera estudiar y ni me planteé preparar una salida para el sábado por la noche así que he aprovechado el "no preparar nada" para dedicarme a la vida contemplativa.
Y qué bien me ha venido...