Hoy en misa el cura estaba empeñado en que todos teníamos problemas. ¡Pues no, buen hombre, no! Yo ahora no los tengo. Por más que rebusco en mi interior no encuentro ninguno. Los he tenido, como todos, y como sé lo que es tener problemas sé que ahora no los tengo.
Esa visión tan negativa de la vida como mar de lágrimas, llena de problemas, no lleva más que a sumirse en una profunda tristeza. No sé qué sentido puede tener pensar que se ha nacido para pasarlo mal. Yo pienso que la vida es alegría y buenos momentos, que de vez en cuando se ve salpicada por problemas pero siempre se puede encontrar una excusa para volver a sonreir. Es desde la sonrisa y el optimismo desde donde se puede actuar y es la mejor manera de contagiar al mundo todo eso que parece que en momentos le falta.
1 comentario:
Es que para bastante gente, los problemas son algo consustancial; si se solucionan o desaparecen los que tienen, encuentran de inmediato otros nuevos. No es que tengan en realidad problemas, es que son así, es su naturaleza.
Con lo bonito que es vivir feliz.
Oye, qué blog más bonito.
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